Pese a huracanes, negocios mexicanos no contratan seguros

A pesar de eventos climatológicos como el huracán Harvey, que destrozaron ciudades enteras, y de que ya comenzó la temporada de huracanes, las empresas no buscan más protección y dejan en riesgo la pérdida de su patrimonio con un daño económico que puede tomarles una generación recuperar, advierten directivos de la industria aseguradora.

“Las autoridades han implementado programas de información y prevención pero hay un aspecto que significa un riesgo económico importante con impacto de mediano y largo plazo, la falta de contar con protección a través de un seguro. Hoy en día es prioritario proteger el patrimonio, ya que reponerse de un golpe como la pérdida del negocio o de un inmueble a causa del impacto de un fenómeno natural, puede llevar una generación”, señaló Leonardo Fantini, responsable de propiedad y riesgos especializados de AIG Seguros México.

En el país hay un área de oportunidad en cuanto a incentivar la cultura de la prevención. Datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), destacan que sólo cinco por ciento de los micronegocios y 15 por ciento de las pequeñas y medianas empresas cuentan con un seguro contra desastres naturales.

Según el Servicio Meteorológico Nacional, la temporada de huracanes se extenderá hasta el 30 de noviembre. Especialmente en las zonas costeras del país es en donde la población necesita estar alerta, informada y protegida, pero como se evidenció semanas atrás en Guanajuato, cualquier región del país es vulnerable a la presente temporada de lluvias.

“La población debe tener conciencia del riesgo al que está expuesta y buscar también instrumentos financieros que le proporcionen mayor seguridad”, señaló el ejecutivo de AIG y recomendó al contratar un seguro, checar bien cuál es el idóneo para proteger los bienes inmuebles con un diagnóstico profundo de los riesgos y para identificar lo que se quiere proteger.

“Es fundamental insistir en la importancia de un diagnóstico de riesgos profesional y a profundidad, como una de las mejores medidas para mitigar los costos económicos en caso de afectación por algún desastre de la naturaleza”, subrayó Fantini.

Datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) destacan que en México el impacto económico de estos eventos naturales va en aumento. En el periodo de 1980 a 1990, el costo promedio de los daños fue de 700 millones de dólares, pero de 2000 a 2014 fue de 2 mil 147 millones de dólares.

Los daños más importantes causados por catástrofes naturales durante el 2017 corrieron por cuenta de tres huracanes —Harvey, Irma y María (HIM)— que azotaron Estados Unidos y el Caribe. Estos huracanes produjeron unos daños asegurados combinados de 92 mil millones de dólares, convirtiendo la temporada de huracanes del Atlántico Norte de 2017 en la segunda más costosa desde 2005.

Al igual que los pequeños negocios, las casas habitación deben contar con la protección ante desastres naturales ya que la inversión es considerable para cualquier familia.

Una vivienda en 2017 tenía un costo promedio de 1 millón 430 mil pesos en la Ciudad de México, según datos de la Sociedad Hipotecaria Federal pero puede ser incluso más costosa implicando un desembolso importante. Protegerla es la decisión más responsable y la inversión de ninguna forma se acerca al precio de compra.

“Un Seguro de Vivienda ofrece soluciones ante emergencias cotidianas en el hogar como son: fugas de agua, cortocircuitos o problemas con la cerradura; pero también coberturas más complejas y frecuentes como robo de pertenencias ante eventos catastróficos como terremoto o huracanes. Todo este paquete de beneficios se podría pensar que es caro, sin embargo, hay la posibilidad de proteger su hogar con coberturas básicas, desde mil 499 pesos al año, dependiendo de la zona, e irlo robusteciendo conforme a sus necesidades pudiendo elegir la suma asegurada que más se ajuste al valor de su hogar, comentó Vanessa Delly Subdirectora SPL de Chubb Seguros México.”

Viento: Los daños por viento pueden incluir estructuras o techos de metal/madera, puertas, ventanas o cristales y a equipos exteriores, causados por presión de viento o proyectiles y daños por agua si la estructura o su protección colapsara.

Inundación, aumento en nivel del mar y golpes de agua: Estos factores causados por huracanes provocan serios daños, sobre todo a propiedades ubicadas directamente frente al mar, que podrían enfrentar afectaciones adicionales a las paredes, así como a equipos y contenido por la sal depositada. Para minimizar los daños, se recomienda despejar los techos y desagües, instalar un muro de contención, implementar un sistema de sellado de puertas y construir un dique artificial alrededor de su propiedad.

Fallas eléctricas: Son muy comunes durante y después de un huracán, afectando equipos críticos o sensibles a fluctuaciones de electricidad y las operaciones en general. Para prevenir malas experiencias se recomienda hacer pruebas de luces de emergencia, asegurar niveles de diésel en los generadores de energía y desconectar equipos críticos o sensibles a fluctuaciones de voltaje.

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