EL SUEÑO MEXICANO DEL SECTOR ASEGURADOR EN 2019

 Por más que se asignen muchos sinónimos al  adjetivo y sustantivo entusiasta, el significado prístino se interpreta desde su etimología como ‘inspirado por Dios’. De modo que se puede reconocer a los entusiastas por su actitud de decirles  a todos lo que deben hacer; y estaríamos muy de acuerdo en todo ello  siempre y cuando ese deber hacer coincidiera con aquello de lo   que están convencidos que conviene a sus personales intereses. Pero  en su grandísimo error, cuya magnitud sólo se compara con su ego, consideran que sus intenciones y comportamientos están inspirados por un dios: ellos mismos.

ASÍ,  DESDE SU INTERIOR, sustentan su sentir como la recomendación universal. Se ponen de permanente ejemplo y cuentan su vida  como el modelo que se debe seguir; se comportan como si fuesen la conciencia colectiva e ilustran el deber ser y el deber hacer desde su propia vida y experiencia, considerándose el faro de luz en medianoche.   ¡Qué flojera! Pero así se pueden reconocer: quieren educar a todos imbuyendo de sus demonios a los demás. Lo malo es que en los medios escritos hay muchos.

EN EL SECTOR ASEGURADOR hay muchos entusiastas… ¡Cuidado  con ellos!, decía en uno de sus excelentes discursos don Carlos Abascal (q.e.p.d.).  Entonces, sea por su naturaleza o sea porque quieren quedar bien con alguien (empezando por su propia autoimagen), se lanzan a un ¡ahora sí!,  y sueltan sus consignas sobre lo que debemos hacer en este —u otro— comienzo de año.

LAS CONSIGNAS Y RECOMENDACIONES SON, entre otras:

  • Modernizar el sector incorporando nuevas tecnologías.
  • Dar fin a las guerras tarifarias en seguros de Autos y Gastos Médicos Mayores.   
  • Profesionalizar a los agentes.
  • Difundir una imagen positiva del sector.
  • Ser un protagonista dentro del sector financiero.
  • Superar la contribución de las primas de  2 por ciento del PIB.
  • Fomentar la cultura de la previsión.
  • Dignificar la profesión de intermediario.
  • Contribuir al desarrollo cultural, social y económico del país.
  • Y  un largo etcétera.

¿CÓMO ESTAR EN CONTRA DE LO ANTERIOR? Sería insensato. Sin embargo, la prueba de que han sido consignas de entusiastas es que estos propósitos formaron parte de los más encendidos discursos de actores diversos (agentes, consultores, funcionarios, dirigentes y directivos) durante los últimos 34 años, y siguen siendo el gran deseo, el sueño…, un sueño repetido por más de tres décadas pero del que no se ha  despertado, sin que se haya hecho realidad (de otro modo, ya no se aspiraría a ello, sino a diferentes objetivos y metas).

DE HABER SIDO OBJETIVOS COLECTIVOS, causas determinantes de todos los que conforman el sector, ya se habrían logrado;  pero no, parecen flor de un día, sólo ingredientes de discursos, palabrería hueca. Sin embargo, hay quienes, entusiastas, dicen que ahora sí.

POR ESO  HAY QUE TENER CUIDADO con ellos;  porque son conscientes de que sus afirmaciones los harán populares y les proporcionarán algún cliente y algún dinerito. Y  entonces son entusiastas por conveniencia mercantil. ¿Cómo la ven, queridos lectores?

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