AMLO, fuente de nerviosismo para inversionistas de Pemex
Cinco años después de que una histórica reforma a la legislación energética despojara a la productora estatal de petróleo y gas de México de su monopolio, pocos inversionistas desean que se restablezca.
Es por esto que las promesas del candidato presidencial favorito en las encuestas Andrés Manuel López Obrador de volver el tiempo atrás están causando nerviosismo entre los tenedores de bonos.
El diferencial del bono de Pemex de 3,000 millones de dólares con vencimiento en 2027 respecto de los títulos del Tesoro con vencimiento similar ha aumentado 86 puntos base desde el 1 de febrero, a 3.25 puntos porcentuales, a medida que la ventaja de López Obrador crece en las encuestas.
La reforma permitió a México tomar grandes extensiones de reservas de petróleo y subastarlas a compañías como Royal Dutch Shell Plc y Chevron Corp. Pemex quedó libre para concentrarse en activos que ya estaban desarrollados. La apuesta del Gobierno era que las inyecciones de capital que tanto se necesitaban y la introducción de nuevas tecnologías a través de nuevas empresas conjuntas revertirían 13 años de caídas en la producción.
Un retroceso después de las elecciones presidenciales del 1 de julio sería un «arma de doble filo», dijo Wilbur Matthews, fundador y máximo ejecutivo de Vaquero Global Investment, con sede en San Antonio, que posee bonos a corto plazo de Pemex.
La compañía tendría más activos de petróleo y gas, pero no los socios y la tecnología para hacer el mejor uso de todo. Tal como está, el «plan de inversión de Pemex no es suficiente para mantener el nivel de producción que tienen».
López Obrador ha amenazado con suspender subastas de licencias de exploración y analizar contratos ya otorgados en busca de señales de corrupción.
El propio Pemex no es partidario. Estropear el progreso logrado hasta ahora sería una «pena», dijo en marzo el director general, Carlos Treviño, a Bloomberg TV. «El peor escenario posible, en mi opinión, es que la velocidad con la que estamos implementando la reforma energética se reduzca».
Una preocupación secundaria para los inversionistas es que un Gobierno de López Obrador podría volver a las antiguas formas de desviar fondos de Pemex.
Desmesuradas contribuciones fiscales, mayores pasivos de pensiones y subsidios implícitos a los combustibles «impidieron que la empresa pudiera elevar la producción y aumentar su experiencia debido a que no contaban con todos los recursos», dijo Michael Roche, estratega de Seaport Global Holdings LLC, en Nueva York.
Con 84,500 millones de dólares en bonos en circulación, Pemex es la gigante petrolera más endeudada del mundo.
La compañía «definitivamente enfrenta problemas, uno no menor de ellos es la incertidumbre sobre si finalmente se verán afectadas las reformas y si los contratos se rescindirán en alguna forma», dijo Josephine Shea, quien ayuda a supervisar 1,200 millones de dólares en bonos de mercados emergentes, incluyendo Pemex, como directora de deuda de mercados emergentes de BNY Mellon. «¿Pero creo que me están pagando por eso? Los bonos reflejan el riesgo que hay en el mercado».