Sólo el 7% de los mexicanos cuenta con seguro de gastos médicos

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Las actividades del mundo moderno requieren la previsión. No es recomendable andar por la vida sin tomar medidas de precaución ante los imprevistos de la misma. La fragilidad humana no puede evadir para siempre accidentes y enfermedades, por ello es imprescindible ser responsable en tener seguros de gastos médicos tanto por razones personales, como para proteger a la familia. Los cristianos confiamos en Dios y precisamente por causa de nuestra fe, tenemos la responsabilidad de alimentar y proteger la vida que hemos recibido. Somos administradores que daremos cuenta a Él de nosotros mismos. Menciono esto a raíz de la reciente información dada a conocer por parte de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS); la cual da a conocer que las compañías de seguros en México cubrieron en un año más de 900 mil accidentes y enfermedades. Cifra nada despreciable si consideramos que responde al monto de 35 mil millones de pesos. De la misma, más de la mitad es repartida entre cinco principales grupos de padecimientos: 18.4 por ciento a neoplasias; enfermedades del aparato digestivo 12.9 por ciento; del sistema osteomuscular y del tejido conectivo un 12.7 por ciento; así como traumatismos, envenenamientos y otras consecuencias de causa externa, un 10.7 por ciento. También, del sistema circulatorio un 9.2 por ciento. Siendo de todo esto, la causa más frecuente para utilizar un seguro de gastos médicos el parto único y la cesárea. Aunque no podemos pasar desapercibido que el padecimiento más severo, lógicamente por sus consecuencias y costos, es el cáncer. Siendo el cáncer de mama el tipo más frecuente; seguido de otros cánceres como médula ósea, leucemia, bronquios y pulmón, todos excediendo los 500 mil pesos cada uno.

Estas son historias trágicas y dolorosas en su mayoría. Situaciones emergentes y terribles; sin embargo, sólo el 7 por ciento de la población mexicana, según AMIS, cuenta con un seguro médico. Porcentaje muy pequeño y por ende preocupante ante lo dicho en principio: La fragilidad humana.

Ser cristiano en nada está peleado con ser precavido; por el contrario, no tener seguros de vida ni de gastos médicos es una negligencia que va contra la fe y el amor cristianos. Especialmente para los hombres, debemos evitar en la medida de lo posible el desamparo de viudas y huérfanos protegiéndoles por si faltáramos. Punto válido igualmente para la madre soltera. La Palabra de Dios dice que el justo dejará herencia a sus hijos y a los hijos de sus hijos; así que dejarles deudas en lugar de herencia puede considerarse una injusticia. Estas palabras pueden sonar fuertes para quien está pasando un mal momento, pero en lugar de tomarlas como negativas, debe leerlas como incentivo hacia el esfuerzo y la búsqueda de una vida mejor para los suyos, tanto en vida, como si llegara a enfermarse o a faltarles. Que si existe un enorme negocio en las compañías de seguros, así como en los servicios médicos, desde luego que sí; lo mismo que en la comida, vestido y todo lo que el ser humano necesita. Lo que no lo censura, sólo lo promueve. Incluso nuestro Señor Jesucristo es el mejor ejemplo de cómo fue preparando a sus discípulos enseñándoles que moriría y aun de la forma cruenta en la que moriría; además de ser quien mayores beneficios ha dejado a los suyos con su muerte. ¿No tenemos vida eterna por medio de su cruz? Entonces, igualmente, todo cristiano debe procurar no sólo preparar a los suyos, sino bendecirles lo más posible no sólo en vida, sino también con su muerte.

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