Pemex para los extranjeros

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Cuando parecía que la Reforma Energética traería más oportunidades de mercado para empresas mexicanas dedicadas a la industria de los hidrocarburos, no se ha logrado apuntalar la economía nacional. Por el contrario, se continúa dando trato preferente a empresas transnacionales y la prueba está en que de los 83 contratos vigentes actualmente que tiene Pemex Exploración y Producción, 64 de ellos son de empresas extranjeras (77 por ciento), entre las que figuran Halliburton y Schlumberger con 17 contratos cada una, Cameron con seis, Weatherford y Baker Hughes con cinco contratos cada una y otras más como Vetco Gray, Control Flow, Praxair, Tenaris y Tam International.

Según indicaciones de la Dirección General de PEP, el control de estos contratos lo tiene la Subdirección de Servicios a la Explotación, que según se puede apreciar en el oficio PEP-DG-138- 2017 de fecha 3 de marzo, donde el mismo Juan Javier Hinojosa Puebla solicita realizar las acciones necesarias para que dentro del marco normativo correspondiente, se transfirieran a la brevedad todos los contratos en materia de intervención de pozos que administraban las Subdirecciones de Producción a la Gerencia de Intervenciones a Pozos de la Subdirección de Servicios a la Explotación.

Y así se hizo, sin embargo, la mejor administración de los contratos no se ha visto y se vislumbra una crisis de servicios para Pemex debido a que 69 contratos de los 83 vigentes sólo tienen vigencia hasta diciembre de este año, de acuerdo cinco contratos terminan en 2018, cinco en 2019 y el resto tienen vigencia posterior, un peligro que hemos advertido en entregas anteriores.

Todo indica que están en proceso ampliaciones de plazo, pero el favoritismo y prioridad en la lista va para los contratos de las empresas extranjeras, rezagando a las empresas mexicanas que hay que decirlo, le han aguantado de todo a la petrolera, pero que hoy están siendo marginadas y que pese al esfuerzo por equipar la tecnología que ofrecen las de afuera, e incluso superándola en algunos casos, no han logrado llenarle el ojo a los directivos de Pemex que se siguen inclinando hacia los gigantes transnacionales.

Cierto es que Pemex tiene plena libertad de contratar con quien mejor convenga a sus metas operativas, sin embargo, al ser una empresa productiva del Estado, debería tener responsabilidad en el desarrollo la cadena nacional con miras a llevar a que los nuevos jugadores del sector cumplan con los olvidados objetivos de contenido nacional que se tienen contemplados en la Reforma Energética. Vaya, que ponga el ejemplo.

Desde la famosa reestructuración de Pemex, y la creación de la Dirección Corporativa de Procura y Abastecimiento, las licitaciones y adjudicaciones de contratos han sido un auténtico lastre, dicen los involucrados, que ha vuelto inoperante a PEP en actividades relacionadas a la producción de crudo.

ARENDAL BAJO LA LUPA
En tiempos donde toda la operación de Pemex se está revisando con lupa deberían echarle un ojo al contrato de la planta de diésel de ultrabajo azufre (UBA), que Pemex le encargó a Arendal hacer en la muy golpeada refinería de Salina Cruz, Oaxaca, pues fuentes cercanas al proyecto informan que ese contrato no valía más de 660 millones de dólares, pero que al ser consentidos del célebre Emilio Lozoya y de la actual administración, se decidió elevarlo a mil 80 millones de dólares, y que quedaron pactados finalmente dentro del paquete de inversiones para la fase II de combustibles limpios anunciado para las seis refinerías del país en enero de 2016, mismas que tendrán que estar operando durante la primera mitad del siguiente año.

Hay que recordar que Arendal está involucrada en el caso Odebrecht, especialmente en el gasoducto Los Ramones II Norte, y que incluso contrató a funcionarios de la petrolera que salieron mal y que hemos dado cuenta en este espacio.

Uno más al que hay que tomarle especial atención es al contrato de mantenimiento de la Planta de Amoniaco IV del complejo químico de Cosoleacaque que Alejandro Martínez Sibaja, exdirector de Pemex Gas y petroquímica Básica les dio por asignación directa el 11 de abril de 2017, aun cuando no presentaron la mejor oferta, y no obstante, diez días después, el 21 de abril, le dieron a Arendal otro contrato para la rehabilitación de un tanque de 500 mil barriles para almacenamiento de crudo en la terminal de servicios portuarios Pajaritos.

‘LAS BOLSAS’ DE CFE
La Comisión Federal de Electricidad ha dado avances importantes en temas como tomas irregulares y recuperación de energía, sin embargo, en casos como el de Bolsas Ceron van para atrás. A esta empresa familiar ubicada en Iztapalapa, que se dedica a la recolección y procesamiento de bolsas de polietileno de todo tipo, le quieren cobrar 870 mil pesos (sí, 870 mil pesos) por supuestas irregularidades en la lectura de su medidor. La CFE argumenta que el 16 de febrero pasaron a inspeccionar físicamente las instalaciones, y como nadie los atendió en el inmueble, decidió cobrarles el ajuste casi millonario.

Lo que no cuadra es que de acuerdo con documentos en mi poder, la CFE había realizado una revisión previa, el 24 de enero, en la que compararon la energía que bajaba del poste al medidor contra la que efectivamente registraba ese medidor, dando como resultado que marcaba no el 100 sino el 101 por ciento de la electricidad proveniente del poste, y enseguida de la esta revisión les cambiaron el medidor que tenían, y al realizar la misma prueba semanas después, ya con el medidor nuevo, ahora si ya dicen que «encontraron» irregularidades… pero a la fecha no le han enseñado a los Ceron las fotos de la inspección ¿entonces qué pasó?

Sendos oficios se han enviado a la oficina de Jaime Hernández, director de la empresa productiva del Estado, pero no han sido atendidos. Hoy Bolsas Ceron sigue sin energía, sin fabricar su producto, usando sólo la luz del día, y no tienen para cuándo se los resuelvan, ¿cuántos más estarán así?

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