Pemex: evitar un doble castigo

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En los próximos días, la Comisión Nacional de Hidrocarburos decidirá si renueva las asignaciones de exploración que Pemex recibió durante la Ronda Cero. La fecha límite es el 27 de agosto, y todavía no es claro si se renovarán las 108 o sólo algunas. Según Juan Carlos Zepeda, presidente de la CNH, la decisión se basará en el cumplimiento del compromiso de trabajo mínimo asentado en los títulos de asignación, pero la verdad es que este criterio debe relativizarse si no se quiere castigar a Pemex excesivamente: lo que no ha cumplido se debe, en principal medida, a factores ajenos a la empresa, en los que la política y el mercado internacional han influido más de lo que afectan a las empresas privadas, algunas de las cuales se beneficiarían si la CNH decide que Pemex incumplió y cancela las asignaciones, pues estas se asignarán a otras empresas.

Lo primero que hay que considerar es la reducción dramática del precio del petróleo, que pasó de más de 100 dólares por barril –en agosto de 2014–, a cerca de 50, actualmente, pero con períodos inferiores a los 30. No puede medirse el cumplimiento de Pemex mediante la satisfacción del compromiso de inversión, pues la exploración depende del costo del mineral: la reducción de ganancias afecta, primordialmente, a esa área.

Entre 2014 y 2016 las principales compañías petroleras internacionales redujeron sus inversiones hasta en 70%. La exploración, ya lo decía, es el área más afectada, pues las empresas prefieren explotar lo que ya tienen y dejan la búsqueda de nuevos yacimientos para mejores momentos, cuando los precios se oriente al alza y la crisis haya quedado atrás. Es estrategia de sentido común. Así, entre 2014 y 2016, las principales empresas petroleras internacionales redujeron sus inversiones en exploración en 52%. En Pemex, la inversión en exploración disminuyó de 2,600 millones de dólares en 2014 a 1,600 en 2016; es decir, una caída de cerca del 40 por ciento.

Adicionalmente, Pemex padeció el recorte presupuestal en 2015 y 2016, cuando su presupuesto disminuyó en 62 mil millones de pesos y 100 mil millones de pesos, respectivamente. Como parte del esfuerzo de austeridad del gobierno federal, Pemex Exploración y Producción (PEP) recortó su presupuesto de 226 a 168 mil millones de pesos en febrero de 2016.

No puede penalizarse a Pemex cuando el gobierno federal ha sido un factor muy importante para que no cumpla con lo previsto, por otra parte, al no asignarle el resarcimiento de las inversiones hechas en áreas que no retuvo en la Ronda Cero, un resarcimiento previsto en la ley y que ascendería –según la paraestatal– a 70 mil 600 millones de pesos. De cubrirse, habrían servido para cumplir con los compromisos contraídos. También el gobierno federal ha sido responsable de que Pemex Exploración y Producción “resguarde” (labor no contemplada en la ley) 95 campos que se licitarán después, lo que implica de por sí costos de mantenimiento que ha tenido que cubrir. Además, el tratamiento fiscal a Pemex ha sido más riguroso que el que se tiene con empresas privadas.

Por último, debo agregar que en la industria petrolera y en los medios especializados ha trascendido que la CNH renovará las asignaciones de exploración de Pemex, siempre y cuando se asocie con el sector privado, y migre las asignaciones al sistema de contratos (el esquema conocido como farmouts). Sería un despropósito. La CNH no tiene facultades legales para obligar a Pemex a pactar alianzas. El Consejo de Administración es el único facultado para establecer la conducción estratégica de la empresa pública, el que aprueba el plan de negocios y el que decide la estrategia de asociaciones con terceros. La CNH no puede establecer condicionamientos que lleven a la privatización de las operaciones y activos petroleros que Pemex recibió durante la Ronda Cero, porque eso sería inconstitucional.

Lo peor que podría hacer la CNH es poner remedio al castigo financiero que Pemex ha sufrido imponiéndole otro.

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