La economía en 2016: los acontecimientos que marcarán el año

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La ampliación del Canal de Panamá, que comenzará a operar en abril de 2016, es sólo un evento en lo que promete ser un año lleno de acontecimientos para la economía global. El acuerdo comercial Transpacífico podría ganar la aprobación de 12 naciones que en conjunto representan el 40% de la producción mundial. Habrá elecciones presidenciales en Estados Unidos y Taiwán, Olimpiadas en Brasil y un nuevo plan quinquenal en China. El mayor acontecimiento de todos podría ser el referéndum en Reino Unido, posiblemente en octubre, sobre su permanencia en la Unión Europea.

La economía mundial se perfila para ser más fuerte que en 2015, en línea con los promedios de crecimiento a largo plazo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los economistas encuestados por Bloomberg. Pero «el retorno a la expansión global robusta y sincronizada es todavía inalcanzable», dijo el FMI en su más reciente perspectiva. Los economistas del Fondo estiman el crecimiento mundial en 3.6 por ciento frente al 3.1 por ciento de este año, en un cálculo basado en el poder adquisitivo real de las monedas nacionales.

Para Adair Turner, ex presidente de la agencia británica de Servicios Financieros, el año entrante será «aceptable». Más pesimista que el consenso, teme que haya guerras de divisas no declaradas si Europa y Japón tratan de abaratar su dinero para impulsar las exportaciones y el empleo domésticoEste es, en resumen, la previsión sustentada por la mayoría: China continuará desacelerándose; Estados Unidos seguirá superando a sus pares entre las naciones ricas; debido a la moderada demanda mundial, es probable que el precio del dinero (las tasas de interés) y los precios del petróleo y otros commodities se mantengan bajos. Los banqueros centrales Janet Yellen, Mario Draghi, y Haruhiko Kuroda estarán bajo los reflectores mientras la Reserva Federal intenta elevar las tasas y el Banco Central Europeo y el Banco de Japón buscan maneras de estimular el crecimiento.

La variable más importante para 2016 es China, donde la tasa anual de crecimiento del PIB cayó por debajo del 7 por ciento en el tercer trimestre de 2015 por primera vez desde la crisis financiera. Las naciones en desarrollo que dependen de China como cliente para sus recursos son Brasil, Chile, Indonesia, Malasia, Filipinas, Sudáfrica, Tailandia y Vietnam.

Pero el apetito mundial por los productos chinos ya no está creciendo al mismo ritmo, así que su economía tendrá la difícil tarea de reorientarse hacia el consumo interno como una nueva fuente de crecimiento.

El petróleo barato es un factor de optimismo para la mayoría de los economistas. Aun cuando el bajo precio perjudica a los exportadores de crudo (como Rusia y los miembros de la OPEP), aumenta la importación de las naciones en vías de desarrollo (gran parte de América Latina, África y Asia). Sin embargo, los precios del petróleo son menos predecibles que la economía china, pues dependen de múltiples factores, desde la política de la OPEP al conflicto en el Medio Oriente. Una teoría bajista dice que el precio del crudo podría caer por debajo de 40 dólares por barril el próximo año, pues la producción está excediendo el consumo y ya no hay sitio para almacenar el exceso. Los alcistas creen que el bajo precio desanimará la exploración y la producción lo bastante para crear escasez y ello elevará el precio, estiman que el barril podría alcanzar los 100 o 130 dólares para el año 2017. Entre esos dos extremos, los operadores apuestan que los precios subirán ligeramente y que el Brent alcanzará los 56 dólares el barril a fines de 2016, frente a los actuales 49 dólares.

Se espera que en 2016 los sueldos estadounidenses reciban un incremento mayor al 3 por ciento. La inflación en el país es baja y el mercado de la vivienda se está recuperando, al igual que el consumo. La Reserva Federal de EU no tendrá necesidad de subir las tasas rápidamente y asfixiar la expansión.

A diferencia de la economía estadounidense, que ha crecido lenta pero constantemente desde 2009, Europa y Japón han sufrido reveses periódicos. El Banco Central Europeo podría llevar las tasas de interés a corto plazo a territorio negativo incluso antes de que inicie 2016, y el Banco de Japón está a punto de aumentar las compras de bonos para bajar las tasas a largo plazo.

La crisis financiera griega podría reaparecer en 2016 si el primer ministro Alexis Tsipras  no logra la aprobación de recortes de gastos, aumentos de impuestos, reformas del mercado laboral y privatizaciones que los acreedores han exigido. La crisis de los refugiados de Europa podría, curiosamente, estimular el crecimiento económico a corto plazo, al menos en Alemania. El instituto económico DIW estima que el gobierno prestará ayuda a los refugiados, y éstos a su vez la gastarán, sobre todo en bienes y servicios nacionales.

Ha sido un año infernal para Brasil (crisis política, petróleo) y Rusia (sanciones, petróleo), y el Fondo Monetario Internacional (FMI)prevé que ambas economías sigan contrayéndose en 2016. También estima que India superará de nuevo a China con un crecimiento de 7.5 por ciento, mientras que México crecerá 2.8 por ciento, Nigeria 4.3 por ciento y Sudáfrica apenas 1.3 por ciento.

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