EL MUNDO Y EL MÉXICO ASEGURADOR DE HOY

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En el contexto internacional, la industria aseguradora mexicana es considerada muy atractiva para hacer negocios, por el enorme universo de potenciales consumidores de seguros que aún permanecen sin cobertura. También se le estima respetable debido a que, en materia regulatoria,se ha colocado a la vanguardia y modernidad en el terreno mundial, al ser el primer país en incorporar una normativa tipo Solvencia II y un sistema integral de administración de riesgos que promete poner los cimientos necesarios para desarrollar exponencialmente al seguro en las tres décadas próximas.

Así lo afirma Recaredo Arias Jiménez, entrevistado para conocer su experiencia como secretario general de la Federación Interamericana de Empresas de Seguros (Fides) y como vicepresidente de la Federación Global de Asociaciones de Seguros (GFIA), cargos a través de los cuales ha tenido la oportunidad de participar y estudiar aquellas tendencias internacionales que influyen de manera directa o indirecta en el sector asegurador de este país. Arias Jiménez es, además, director general de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

¿Qué significado tiene –personal e institucionalmente–su participación en las directivas deFides y de la GFIA?

Primeramente, mucho orgullo. Porque son cargos y posiciones que me dan en lo personal la posibilidad de servir a los demás y de trascender no solo en el ámbito del seguro en México, sino también en el internacional.

Para empezar, debo decir que mi participación en Fides tuvo como tarea fundamental abonar sustancia y sustento a dicha organización, desarrollando una serie de planes de trabajo y proyectos que fuesen más allá de las conferencias hemisféricas y de juntas que no estaban arrojando las propuestas esperadas.

En tal suerte, logramos hacer cursos de capacitación, sobre todo con todo lo que corresponde a Solvencia II, para ir dándole conocimiento al respecto a la región latinoamericana, la cual presenta distintos niveles de evolución hacia ese esquema y, por lo tanto, resultaba, además de importante, oportuno yatractivo.

Otro proyecto a destacar en mi paso por Fides fue el de microseguros, que se desarrolló en coordinación con seis países y diez compañías de seguros. Diseñamos productos desde cero con el apoyo del Fomin, del Banco Interamericano de Desarrollo. Participar me dio la posibilidad de servir y contribuir a favor del desarrollo y evolución del seguro a través de proponer cosas nuevas.

Por lo que respecta a la GFIA, la invitación derivó de lo que me tocó hacer en Fides. Intervine, antes de su creación, en la red de asociaciones y de federaciones de seguros. Al fungir como vicepresidente, he tenido acercamiento con los grandes actores internacionales que generan la regulación y las grandes tendencias para el seguro, como son, entre otros, la Asociación Internacional de Supervisores de Seguros, el Finantial Estability Board y el G20, lo que me ha permitido ver y entender el seguro desde otra perspectiva.

Pero alrededor de esto, te preguntarás: ¿Qué beneficios u oportunidades le ha dado a la industria de seguros de México todo esto? Pues bien, considero que conocer de cerca, e involucrarme con las grandes tendencias internacionales del sector asegurador en materia de regulación; en aspectos de desarrollo, y temas de importancia y trascendencia global, deja un gran aprendizaje y una visión panorámica a partir de lo que ocurre en otros países, toda vez que se advierten las problemáticas y posibles propuestas o soluciones para cada una de las regiones de mundo. Nos marca la distancia que hay en el mercado mexicano con respeto de otros países.

¿Quiere decir que tener una posición de esta naturaleza abre oportunidades para el seguro en los mercados internacionales?

Desde mi experiencia, participar abre oportunidades en cuanto a que podemos conocer más de cerca lo que está más avanzado en el seguro internacional, las grandes tendencias en productos, los sistemas de comercialización, lo que nos facilita ubicar hacia dónde van los canales de distribución, enterarnos de cómo se están tratando los diferentes problemas en cada lugar y las soluciones que se les están dando… en fin, todo ello, permite abrevar de esa experiencia para posteriormente aportar, de una manera más enfocada, propuestas y proyectos de valor para el seguro mexicano.

¿Quién es el México asegurador ante los ojos del mundo, con su 2 por ciento de participación en el Producto Interno Bruto?

Para responder, primero vayamos hacia Latinoamérica. Esta región representa el subcontinente de las grandes oportunidades para el seguro internacional, y muy probablemente esa haya sido la razón por la cual le dieron a México una representación en Fides y otro espacio dentro del comité ejecutivo de la GFIA. Esta zona ha venido creciendo –en los últimos 13 años, en la participación de las primas mundiales–, de1.2 por ciento, hasta poco más de 3 por ciento, lo que, sin lugar a dudas le otorga un atractivo mayor.

Por otro lado, si bien dentro del concierto internacional de primas México aún no representa un gran volumen, se advierte tendencia hacia el crecimiento. El mundo lo percibe así. Somos un mercado muy competitivo tanto en lo que se refiere a productos, como en la manera de vender la mezcla de productos, aunque obviamente hay distintos niveles de desarrollo. El acercamiento sirve para definir cuáles son aquellos productos que tienen éxito en algunos lugares y cuáles no.

No me queda duda que se le da a México un espacio en Fides por lo que significa como potencial de desarrollo. Es atractivo bajo distintos ángulos. Por ejemplo, el sector asegurador es de muchos contrastes. Por un lado tiene un nivel técnico muy avanzado.

Estamos en un sector asegurador que tiene la regulación más avanzada del mundo, la cual ya está instrumentando, y en el que cada día que transcurre damos pasos más firmes para demostrar que hemos adoptado un sistema de regulación basado en riesgos.Ahora el gran reto es convertir este nuevo sistema regulatorio, en un esquema de gestión cotidiano de las aseguradoras. Simplemente eso ya posiciona al sector asegurador mexicano en un esquema de avanzada a nivel mundial.

En lo que corresponde a cómo es la mezcla de productos de México, estamos a niveles muy parecidos a los de Europa. Tenemos una mezcla de ventas en la que el seguro de personas vale entre 61 y 62 por ciento. No somos un sector que vende esencialmente automóviles o ramos menos complejos, como ocurre en otros sistemas aseguradores menos desarrollados. México se ubica entre los países más avanzados en los aseguramientos de gobierno y de desastres naturales, aunque habrá que re conocer que también figuramos como un sector que participa poco en la seguridad social, en comparación con lo que ocurre en otros países.

En América Latina el seguro mexicano es el que más cede en reaseguro. Es un hecho que los niveles de administración de las compañías son muy avanzados, lo que también se advierte en los productos que ofrecemos al público. Pero entrando en el terreno de los contrastes, cabe señalar que el renglón de agentes constituye un tema que debemos desarrollar mucho todavía. La fuerza de ventas tradicional está envejeciendo y no estamos teniendo la capacidad de atraer nuevo talento para formar a la nueva generación de asesores de seguros. De igual manera, los canales alternativos de distribución no están desarrollándose con la velocidad con que lo hacen en otros países.

¿Qué es lo que vemos al respecto? Pues que no hay eficacia en la comercialización, la capacidad de distribuir el producto y el llevarlo hasta los consumidores.Por el contrario, otra de las partes en donde sí estamos avanzados, pero que hemos encontrado una especie de techo, es en los microseguros, aunque todavía nos falta ir hacia los seguros inclusivos, lo que significa entrar a los niveles socioeconómicos D- y el E y a las Pymes.

¿En qué se han traducido las expectativas que aquí y en otros países se tienen del seguro de México?

Vemos que en países como Estados Unidos y en Europa–y muchos países de Asia, como podrían ser Korea, Taiwan, Hong Kong, Australia–, se ha llegado a un cierto nivel de saturación, lo que ha provocado que las aseguradoras observen en México un gran potencial de crecimiento, a la vez que respetan a México por sus capacidades y potencial de desarrollo.

¿La regulación del sector asegurador mexicano marca alguna pauta a seguir en el mundo?

Desde luego que sí. Aquellos que hemos tenido la suerte de participar en los distintos foros y organismos internacionales de seguros, somos testigos de que el mundo ha abrevado en lo más avanzado de la regulación y tratado de adaptarlo a su realidad.

De la teoría a la práctica: ¿Cómo ha sido este primer trimestre del año en cuanto a la aplicación de la nueva regulación en las compañías de seguros? ¿Se perciben algunas reacciones o desafíos?

Los desafíos para las compañías son enormes, al igual que el nivel de estrés en el que han venido trabajando. En los últimos dos años y medio ha sido enorme el reto en cuanto a la depuración de datos, de adecuaciones a sus sistemas de tecnologías de la información, para poder asimilar toda esta nueva regulación, así como todo lo que implica organizar sus estructuras y consejos de administración para imponer un Gobierno Corporativo.

Lo que en el sector asegurador aún no tenemos claro es cuál será, en cifras, el impacto de la nueva regulación. Se intuye que habrá liberación de reservas. Pero respecto de si la cifra requerirá más o menos capital y cuánto, aún no se sabe. El Q5 no arrojó todavía cifras finales, porque se le practicaron muchas afinaciones al modelo y al sistema, y ahora que ya estamos trabajando con un modelo más definido y más estable, apenas está terminándose la prueba final. Por tales motivos es que las aseguradoras no terminan por tener los números finales.

Desde el punto de vista cuantitativo, tampoco sabemos lo que sucederá. Pero lo que sí sabemos es que las compañías han estado trabajando de manera muy ardua para asimilar la regulación, con mucha responsabilidad y dedicación para cumplir con la regulación.

También hay que reconocer que tanto la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), como la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), han tenido una gran comunicación y flexibilidad para con la industria. Falta mucho por trabajar en tareas que iremos desahogando. Por lo pronto, ha habido una serie de talleres y seminarios de Gobierno Corporativo, reportes regulatorios y criterios contables, que ponen en perspectiva la situación de la industria.

Finalmente hay que señalar que México sigue siendo un país interesante para otras aseguradoras de diversas partes del mundo. Se especula si habrá fusiones o no. El momento de la verdad se verá a partir de abril, dependiendo de los mecanismos transitorios que se acuerden con las autoridades para que las aseguradoras puedan afrontar los eventuales faltantes de capital que se pudieran dar.

En esencia, miembros de la GFIA representan el 87 por ciento de las primas mundiales de seguros, equivalente 4.6 trillones de dólares de primas (billones en términos mexicanos), y es en relación a los estándares mundiales de capital. En este contexto, cabe decir que entre las negociaciones más destacadas de la GFIA figura el tratamiento que se les van a dar a las aseguradoras definidas como potencialmente generadoras de riesgo sistémico.

Estamos trabajando mucho para que el seguro sea esencialmente privado y para que no se impongan barreras que frenen la actividad, y para que tampoco se complique la entrada de inversionistas aseguradores a cada país. En México ese tema –que estaba muy en boga y que ahora nos puede parecer raro y lejano— ha sido superado, pero hay países en los que no, en los que las barreras para propiciar la entrada de compañías de seguros siguen siendo una realidad.

En ese tenor, GFIA atiende asimismo un tema consistente en encontrar la manera de promover adecuadamente los seguros inclusivos, la transparencia en la información y la protección al consumidor, amén de que entre las prioridades del G20 figuren infraestructura, instrumentación de medidas de regulación e inclusión, así como los bonos verdes, tendencias orientadas a brindar apoyo a los esfuerzos globales de protección al ambiente.

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